domingo, 9 de junio de 2013

Derrota temporal

Ya se me está pasando, pero me he encontrado unos días, sin encontrarme realmente, parecía que había pasado a otro estado a uno entre etéreo por la necesidad de adherirme a delicados y elaborados razonamientos y sentimientos inspirados en todas las palabras que yo he querido que guiasen mi vida, en busca de la pureza de la idealidad posible. El otro estado, el físico, era cansado, pesado, intentando demoler los pensamientos elevados para ver con crudeza la realidad. La decepción se ha instalado en una parte de mí, no me gusta que esté en mí, no me la acabo de creer, soy militante activa del voluntarismo, y esa parte me impide abandonar la partida. Siento que la corrupción me rodea, es algo maloliente o malestante, injusto, incómodo, que con el tiempo creo que pudre lo que toca, o lo llena de vacío, de grasas inútiles que hacen que el engranaje funcione con fluidez para producir estupidez, vanidad, egoísmo, ……desaliento, pobreza, enfermedad… No quiero estar en ese engranaje y me opongo con fuerza, aunque caiga una y otra vez noqueada al sacar a la luz la decadente e indecente forma de actuar de algunas personas con responsabilidad en cualquier actividad, y lo peor con responsabilidad/influencia en lo que sucede debido a sus actos, en la vida de otras personas. ¿Os habéis parado a pensar que vuestros actos cambian o condicionan la vida de otras personas, que las perjudicáis o forzáis sus decisiones o, aún peor, las dejáis sin ilusiones? Si a este pensamiento le uno la decepción al descubrir la gran falacia social, entenderéis mi sentimiento de derrota. Me siento timada, estafada, como los afectados por las preferentes, a mi no me contaron una parte del contrato, simularon que eran otras las claúsulas y yo les creí, os creí. La falacia a que me refiero es esa que intenta tapar la facilidad con que muchas personas prosperan, se imponen a otras, a base de influencias, maquinaciones, manipulaciones, vulneraciones de la ley, delitos...Para luego inmediatamente difundir socialmente que lo adecuado, lo que da resultado y es eficaz y eficiente personal y colectivamente es lo contrario de lo que hace, es decir promover el esfuerzo; pero sólo para los demás, …sólo se me ocurre: Y UNA MIERDA!!!, quizás así nos tenéis entretenidos y os hacemos el trabajo, así de claro, quién me conozca sabrá que no suelo utilizar este tipo de expresiones, así que podrán imaginar lo importante que es mi irritación. ¿Por qué no decimos la verdad de una vez?, ¿De verdad importa cómo se obtienen los resultados?, ¿Os importará la forma en que vuestros hijos, primos, amigos, y enchufados varios consiguen sus objetivos, sus éxitos?, ¿De veras, dónde tenéis el límite, en la infracción administrativa, en la vomitiva inmoralidad del abuso de poder, en la arbitrariedad, en la mal llamada discrecionalidad técnica, en el delito…? Yo he cumplido mi parte, me he esforzado mucho, he seguido las normas y lo seguiré haciendo porque creo firmemente que “sí, se puede”, y se podrá cada vez en mayor medida, es sólo cuestión de tiempo, de evolución: llegará el día en que se podrá en todos lados: las reuniones de vecinos, en las provisiones de puestos de trabajo para las Administraciones, en las selecciones de personal, en las actividades de los Ayuntamientos, …Parlamentos; o eso quiero creer. Anda, ¡Albricias!, un pensamiento esperanzador: habéis pasado algo por alto, psicópatas, sociópatas, corruptos del mundo. Tengo una fuerza de voluntad probada y ejercitada, y cometisteis el error de no cercenar del todo mis posibilidades de formación e información, así que ojito, creo que pronto os arrepentiréis de haber promovido interesadamente la “cultura para todos los descamisados”, ahora nosotros además de conocimiento tenemos la voluntad que sólo los que hemos pasado privaciones podemos entender.Y claro, los Tribunales, en este caso de lo contencioso administrativo.