

Ayer fue un día muy especial, el espantoso catarro que tengo, creo que en vez de ralentizar mi pensamiento, hizo que estuviese más receptiva ante el torrente de sensaciones, emociones e información que recibí el sábado. Lo acogí todo con la mayor receptividad y confianza porque eso es lo que me merece Marga, la profe o quizás mejor diría la niña que nos guió por un jardín repleto de colores brillantes, olores maravillosos, indescriptibles (esto también puede ser que no respiro bien), y sabores dulces, de gominola de lima y chicle de hierbabuena,…y de sensación de sorpresa, de descubrimiento.
Ayer volví a mi infancia, para cuidarme. ¡Que curiosa es la vida! ¿Recordáis? cuando hace algunas entradas …”cuidaré de ti pequeña”!. Pues eso hice ayer, me perdoné por ser tan buena sin esperar beneficio, por querer colaborar hasta en lo que no es conveniente hacerlo, por querer que me quieran y no entender el porque todo eso no daba como resultado de esa simple ecuación un sentimiento de amor incondicional. Si total no había riesgo, no suelo tener necesidad de utilizar esa incondicionalidad, pero hubiera sido maravilloso sentir seguridad. Como cuando mi madre me da la mano y el sueño sereno llega. O cuando algún buen amigo, te dice: “tranquila, esto pasará”.
Bueno, el caso, es que ayer participé en un taller de crecimiento personal para mujeres, dónde el fin era recordar nuestra etapa de niñas, conocer qué necesitábamos y no tuvimos, y darnos a nosotras mismas lo necesario para dejar que arrastrar esas carencias.
Me sorprendí a mi misma. Llegué inquieta, me costó decidirme por la foto que llevar y también el objeto que evocase la niñez. Finalmente llevé un calcetín rosa, su tacto me recuerda uno que chupaba de pequeña, me gustaba su tacto. La foto que llevé fue la que colgué, la de mi Primera Comunión.
Y así, nos fuimos, 5 niñas de Lega, de camino a la infancia. En Callao se nos unirían 11 más.
Nos observamos, bailamos, jugamos,….libres y sin complejos, fue fantástico. Tengo que decir que tuve cierta ventaja, porque la música que emplearon la conozco bien, era música celta, y la he empleado en ocasiones para relajarme.
Luego, visualización, relajación,….Cuando nos acunamos fue estupendo. Me sentía receptiva, relajada, atenta, ilusionada, pero cuando más emocioné fue cuando ví a una compañera llorando, mientras explicaba el motivo,…no pude controlar las lágrimas, no eran de pena, no se podía hacer nada, eran de consuelo, quería llorar con ella, era una forma de solidarizarme.
También hubo algo que no me molo nada, concretamente una opinión. Me cansa que algunas mujeres nos escudemos en la sociedad, bueno, las mujeres y cualquier colectivo, para justificar nuestros comportamientos. ¿Dónde queda la libertad individual?. Porque no, de lo que hablábamos era de resistirse o no a ser competitivo y a pasar por encima, o no, de los sentimientos de otras personas para lograr tus objetivos. Me acordé de Ricardo, hemos hablado mucho sobre el tema y finalmente me convenció. También yo lo he sentido a veces, sientes que vas a decidir y eres consciente de que puedes dañar, de que podrías falsear la realidad y estas seguro casi al 100% de que nadie lo sabría nunca. Pero no, decides ser tu, seguir tus valores aunque la “sociedad”, tal como esta chica argumentaba , te presione, y seguir siendo un ser humano, conectado invisiblemente a otras personas a las que no es necesario dañar por conseguir tus objetivos. Ahí precisamente estas tu, y tus hechos son parte de ti, con ellos vas trazando tu camino, y más, yo creo que también tu destino. Y recordé otro buen amigo, José. Que también me ha convencido con sus argumentos.
Otra de las actividades que hicimos fue, tras una relajación bastante profunda, preguntarnos ¿Qué necesitamos?, preguntar a nuestra niña. Luego intentamos contestar utilizando la mano izquierda para escribir. Fue sorprendente, lo que escribí fue: paz, cariño, ver bondad, creer en el hombre, música serena en el alma, sonrisas desde el corazón, observar, esperanza desde la consciencia, sentir a Dios conmigo.
Creo que en los próximos días iré sabiendo o intuyendo más.
Ayer estaba conmigo mucha gente querida. Cuando hicimos la última visualización y traje a mi mente a las mujeres importantes y queridas de mi vida: recordé a mi madre, abuela, hermana, tías, …y varias amigas. Algunas de ellas surgieron de forma automática en mi mente, otras tuve que pensarlas. Pero a las que traje y atraje con admiración y cariño, distinto al meramente familiar, fue a mis profesoras. ¡Cuánto tengo que agradecerles!, Cristina, Mª José, Pilar, Mª Belén,…de alguna otra no recuerdo el nombre, pero la veo en mi mente como si la tuviese delante. Mujeres que además de buenas profesionales, funcionaban en modo “mujer” sin complejos, con naturalidad, sin pedirle permiso a nadie, con inteligencia. Y a las que seguro que la “sociedad” no logró condicionar con sus "presiones" tanto como para no involucrarse socialmente y dar lo mejor de sí laboralmente sin pisar a nadie y sin competir. Estaban muy ocupadas ayudando a niñas como yo, con las que se arriesgaron sin necesidad y por las que apostaron aunque socialmente quizás no les resultase del todo rentable o bien visto. Gracias, por vuestra enseñanza, parte de ella fue vuestro ejemplo como mujeres.
Una de mis profesoras, hace poco, me felicitó y me deseo suerte, me emocionó únicamente suerte,del resto, me dijo, sabe que me encargo yo en todo lo que puedo ....¡.Que por nosotras no quede!, no nos escondamos, que la valentía y la justicia no se aparten de nuestro corazón.