domingo, 15 de abril de 2012

Responsabilidad Social de la Abogacía

Ayer viví una nueva experiencia. Mi primera intervención como voluntaria en el programa “Conoce tus leyes”, en este caso compartiendo conocimientos sobre el sistema social y jurídico de nuestro país, a emigrantes, concretamente centroamericanos y africanos. Fue realmente intenso 3 horas de exposición. Cuatro abogados intentando explicar de la forma más clara cómo este país se rige, quién y cómo se aprueban las leyes, en quienes descansa la soberanía popular, qué es el Congreso, el Senado, poder judicial, la justicia gratuita, cómo nos casamos, separamos, ejercemos la patria potestad, testamos, qué derechos fundamentales detentamos,…., en fin, para mi apasionante. Creo que podría haber hablado durante 3 horas más.
El lugar de la charlita era un CEPI, el que está en Embajadores. La verdad es que cuando me metí en aquella calle me asusté un poco, quizás influyó la lluvia, el día tan gris, y esa sensación de miseria que aprecié. Quizás es la costumbre de salir por el centro, por barrios más “transitables” o que ocultan todo lo gris que nos rodea deslumbrándonos con los escaparates y las luces.
Las personas que asistieron estaban ávidas de saber, encontré un gran interés tanto en conocer más profundamente cómo en compartir sus experiencias con nosotros y con sus compañeros. La mayoría era “ilegales”, personas que dejaron sus países y familias para buscar una vida mejor, o para reconducirla como dijo una señora que en cada arruga tenia una historia, me impresionó, detrás de la alegría que transmitía había una pena intensa, se sentía huérfana. También llamó mi atención la expresión de otra señora boliviana que expresaba su indignación porque no entendía correspondido el trato amable que en su país tienen hacia los españoles que allí se instalan, se sentía defraudada, pero en su fondo no encontré tristeza sino una ligera rabia, ligera porque su prioridad era mantener a su familia y la fuerza no da para sentirlo todo en toda su entidad.
Varias personas, mujeres mayoritariamente, se quejaron de los registros a los que son sometidos por la policía, parece que de forma arbitraria, actualmente no es difícil ver en las estaciones de metro o tren a policías pidiendo documentación a extranjeros, sólo a extranjeros. Ellas se sienten perseguidas, alguna lo toma con humor y denominan a evitar a la poli “hacer la viborita”, serpentear, huir discretamente para evitar pasar 4 horas en comisaría, sienten miedo, inquietud. Los hombres lo llevan mejor, entienden que son riesgos que corren al vivir en situaciones irregulares de las que son totalmente conscientes. La multa que les ponen si no tienen la documentación en regla es de 500 €.
Califican a la policía de malos y buenos, distinguen perfectamente entre un trato profesional y el abuso, el exceso en los registros y el acoso en las preguntas,….Nos detuvimos bastante con el tema de los abogados de oficio. Y volvimos a lo mismo, personas, depende de cómo sea la persona. Hubo ejemplos de todo tipo, abogados de oficio calificados de estupendos y otros a los que tienen que perseguir para conseguir atención a sus casos.

Me pareció significativa la apreciación de una señora que al finalizar la exposición nos comentó que nuestra Constitución y el Código Civil, en las partes que desarrollamos se parecían mucho a las de sus países. Nuestra reflexión, a parte de indicar que normalmente las Constituciones se inspiran en otras de su entorno o influencia y que los juristas y políticos suelen utilizar el derecho comparado en las modificaciones legislativas; nuestra reflexión, como decía, fue que en general todos los grupos sociales se encuentran con las mismas inquietudes y problemas de convivencia y eso porque generalmente la condición de humanos nos hace más similares que dispares.

Al final de la charla repartimos los diplomas de asistencia al curso, todos agradecieron la información. Yo les agradezco que compartiesen conmigo esa tarde de sábado, un rato del escaso tiempo que tienen de descanso. Compartimos una ficción, en su transcurso nosotros contamos lo que debe ser y ellos nos trasladan lo que es. Ahora debería decir que quiero que las cosas sean como deben ser, pero eso no serviría de nada, así que me limitaré a decir que lo que yo haga en lo que intervenga, mi comportamiento, intentaré que sea como debe ser, como acordamos que sería.

No hay comentarios: