

Hoy he escuchado en "La radio de Julia", que la temperatura media en Burgos es similar a la de Berlín. Quizás por eso encuentro tantas semejanzas entre mi forma de vida, el devenir normal de mis días, mis costumbres y también los valores y razonamientos y los centroeuropeos. Es curioso, un compañero de trabajo, hace poco, me hizo caer en ello.
La realidad es que cuando voy a Burgos, yo me siento muy lejos de Madrid. Este verano me he encontrado una ciudad entusiasmada y de ese entusiasmo me he llenado. La participación de Burgos entre las candidatas españolas a conseguir ser capital de la cultura 2016 ha teñido las calles y ha puesto a las personas en funcionamiento, en movimiento. El lema de la campaña R-Evolución, me parece magnífico, ilusionante, valiente. Y que decir de la obras que se están concluyendo por todas partes. No hablaré más de MEH porque creo que ya me repito, aunque, bueno, contengo esta vez mi entusiasmo. Quizás porque entusiasmante es poder encontrar un lugar tan apropiado para aprender, saber, pensar,...
Pero ahora, sólo voy a remarcar algunas de las excelencias de la ciudad en lo que al placer del disfrute culinario se refiere:
Lo mejor será que mencione los sitios en los que he disfrutado este año. En primer lugar, el origen de mi afición por las tapas: "La Mejillonera", en este céntrico local disfrute una estupenda merienda consistente en bravas, rabas con pimientos de padrón, y mejillones a la escocesa, me encanta tomar mosto en este local, siempre lo rematan con una guinda, dulce y rojita que acaba por explotar en mi boca llenando de dulzor lo que hasta ese momento es placer picante, y suave rebozado, con toques marinos.
Donde más me gusta tomar café, bueno, en mi caso, cola-cao, o un tecito, es en "Alonso de Linaje" un local encantador, con entradas por EL Espolón y la Plaza Mayor. Si acompañamos la bebida elegida con un pastel (Chevalier, Ecler,...), el momento puede ser muy agradable. Los asientos son cómodos, amplios, siempre tienen lectura diaria, periódicos o revistas.Suelen tener algunos cuadros, creo que en ocasiones, están a la venta. Las camareras son muy majas, se percibe buen rollo entre ellas, incluso con su Jefe. El último día que estuve pude escuchar alguna conversación (sí, puse la orejita) y disfrutar del ambiente que trasladan al local.
Otro lugar excepcional para merendar o almorzar (esta vez no hubo comidita,¡la crisis!), es "Ojeda", un sitio que también me encanta. En esta ocasión, fue merienda, tomamos varias medias raciones y un vino del país, clarete, muy suave, con un color cereza, precioso.Callos, morcilla, croquetas,...estupendas, en el local interior, disfrutando de esos cristales que tanto me recuerdan los de la casa de mis abuelos en Quintana.
Mención extraordinaria debo hacer al descubrimiento de las tapas premiadas en las Fiestas 2009 y 2010, el local se llama "Cabaret", es una mezcla simpática de servicios varios: cibercafé, local de tapeo joven, algunos vinos interesantes, pantalla gigante para ver partidos. Bueno, al grano, las tapas: Cabaret Sardina ahumada con mermelada de tomate y Crepe de canguro con crema de pimientos, también tomamos unas bravas excelentes.Los camareros supersimpáticos. Disfruté mucho.
En "In Vino Véritas", extensa carta de vinos, maravillosos, y además por copas, difícil encontrar sitios con tan buena carta, lugar acogedor y buen servicio y aún recuerdo la tapa de carrillera. En la próxima ocasión daré cuenta de algún queso, tenían una pinta estupenda.
Un descubrimiento ha sido "La comidilla de San Lorenzo", decorado original, buen servicio, buena carta de vinos, ensaladas interesantes, mezclas atrevidas, abundantes,...¡Volveré por allí!. Un servicio muy amable y cordial.
Y ahora no me acuerdo del nombre, está en la C/San Pablo, cerca de Correos, creo que se llama "Silma", es una confitería estupenda, a mi abuela le flipan sus pasteles y nosotros siempre picamos. Las camareras, suelen estar de buen humor, el último día hasta cantaban. Ya sé, puede parecer pasión de pueblerina, pero es que Burgos es una ciudad amable y su gente también, y deben vivir a gusto, porque, aunque cuidadosamente, con respeto, suelen ayudar a los "forasteros", aún recuerdo cuando el año pasado intentábamos beber de una fuente, tocando todo lo tocable, hasta que un amable señor nos enseñó la forma de obtener el agua.
No sé, me encanta ser de Burgos, y este año me he sentido muy orgullosa del gran esfuerzo que ha hecho la ciudad, que están haciendo todos los ciudadanos por un objetivo común, conseguir ser Capital Europea de la Cultura 2016. ¡Ojala lo consigamos!
Y saliendo de Burgos, este año recalamos en un pueblecito del norte,Herrán pegado a Álava, allí nos alojamos en una casa rural muy agradable. Pudimos cenar maravillosamente y además disfrutar de una intensa y cordial conversación culinaria y vital con la cocinera. Nos recomendó la lasaña de setas, albóndigas con salsa de boletus, una crema de yogur suavísima, y para finalizar un pacharán de aupa. Todo estupendo, en su punto. La conversación humana, cercana. Los "senderismos" por la zona, de recuerdo imborrable, desfiladero del Purón, Ribera, ...
Creo que allí soy mucho más yo. Como diría mi compi Jorge: "Certroeuropea, sí, para bien y para mal".
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