martes, 20 de julio de 2010

Observando lo hecho

Estaba yo en mi blog, navegando por la red, entre asustada por estar en esta inmensa blogosfera (casi puedo imaginarme movida por la ingravidez en algún lugar similar al de alguna peli infantil, del espacio estelar), bueno, y también movida por la vanidad. Es quizás esta, dar a conocer al mundo, ya sea compuesto por 0,1 o infinito, alguno de tus pensamientos una de las formas de alimentarla, secretamente, sin que se note el gesto. Y sigo pensando, en el contenido actual del blog: una reflexión sobre como dominar o dirigir mis acciones y emociones, la eterna tarea, esa que repite mi madre a menudo: ¡paciencia, hija, paciencia! Y yo que suelo ser obediente, a veces, no puedo y me desato más imaginariamente o de pensamiento que de otra cosa, pero me siento desatada, impaciente, volviendo a los porques infantiles a creer que sólo el instinto puede resolver mis dudas y, por supuesto, que sólo hay una respuesta.(Quizás eso aporta la paciencia, la posibilidad de dar el tiempo suficiente para que afloren más, más respuestas)
Luego me he fijado en mi lista de blogs y me he visto y sentido. ¡Ojo, esto se pone serio!, pensé que era un trabajito y resulta que esos blogs amigos dicen mucho de mí, incluso su orden, dicen sobre mi pasión por la cocina, y por probar y cocinar, también por comer, degustar, como si de un acto mágico se tratase. Es este un arte complejo, también aquí es necesario cultivar la paciencia, donde la exactitud de calidades, pesos, tiempos, tipos de cocción,…y amor, dedicación (también medibles, aunque con resultados a veces no esperados) es esencial para obtener el resultado deseado.
Los blogs siguientes se refieren a temas relacionados con la psicología, concretamente con el análisis de personalidades psicopáticas, narcisistas y abusadores emocionales, ¿quién no se ha encontrado alguno en la vida, o quizás, quién no reconoce algunas de sus características en si mismo?. Estos blogs tratan de orientar a las víctimas. Personalmente me han proporcionado mucha información. Ahí los dejo.
Posteriormente he colocado dos blogs de amigos, de los de verdad, esos que dicen que no suelen sumar cinco, como los dedos de la mano, y de los que yo tengo cuatro (y uno en suspenso). Cuando pienso en ellos lo primero que me viene a la cabeza es: GRACIAS, por nada en especial ahora mismo, por todo lo compartido, por lo que he recibido de vosotros, porque yo no sería la misma si no estuvieseis por aquí. Y también me asalta un: POR FAVOR, SEGUID CERQUITA, al otro lado, se os quiere.
Bueno, pues parece claro: alimento para el cuerpo, para la mente y para el espíritu, algo de eso encuentro yo en todo esto.



Gwendal - La Musica de los dioses

2 comentarios:

José Ramón dijo...

Enhorabuena por el “bautizo como bloguera”, te deseo un fecundo aprendizaje (vital, y secundariamente informático) con tu blog y, por supuesto, ya sabes que puedes contar con este leal “colaborablog”.
Señalas que el eje argumental de la página es “una reflexión sobre cómo dominar o dirigir mis acciones y emociones, la eterna tarea”; efectivamente, inacabable y creadora tarea, pues no se trata realmente de otra cosa que del arte de vivir, el cual, experta cocinera, tiene no poco de común con ese otro arte tan disfrutado y bien practicado por ti, el culinario. Tanto, que el buen cocinar -y el buen comer- contiene un abundante manantial de sabrosas –claro- y esclarecedoras metáforas aplicables al buen vivir. Sin duda, un buen cocinero con afición a la escritura y alguna inteligencia vital podría escribir algo así como un arte de la cocina aplicado a la vida.
Me imagino (perdónese el atrevimiento de quien no pasa de pinche) que si le preguntásemos a este hipotético cocinero cómo “dirigir nuestras acciones” para cocinar bien, probablemente nos haría ver que no hay un consejo válido para todos los platos (aunque sí unas normas del buen cocinar, comenzando por las relativas a la higiene), que cada comida es susceptible de diversas recetas con sus matices y variantes, y que el acierto en ellas depende en buena medida de la experiencia, el buen ojo, el saber hacer acumulado a base de mucho cocinar –aprendizaje continuo de las enseñanzas de otras personas y de las propias observaciones, pruebas, errores. Y si le preguntásemos cuánta paciencia necesitamos para cocinar, ¿no nos diría que eso dependerá de la comida que queramos realizar? Para hacer unos huevos fritos no necesitaremos mucha paciencia, pero para una paella será menester la suficiente paciencia para lograr que esté en su punto, para no pasarnos ni quedarnos cortos; generalmente el buen cocinero sabe, por su experiencia y a través de sus sentidos (observa, prueba, huele...), más que por la aplicación de un tiempo de reloj, cuándo la paella está en su punto. ¿No es esto aplicable al buen vivir y al buen convivir? Ese no pasarnos y tampoco quedarnos cortos, ese alcanzar el punto que da el mejor sabor y textura, cuando no se trata de la paella sino de la convivencia, es lo que llamamos tacto (palabra que no se usa mucho, acaso porque su realidad tampoco abunda mucho). Y ese tacto también depende de nuestra experiencia acumulada, de lo que nos indican nuestros sentidos, incluyendo ese tan humano que llamamos “el buen sentido”, una forma humilde y cotidiana de la razón; y por cierto, aquí cuenta también mucho, como en la cocina, el gusto, tanto el propio que sentimos como el ajeno que podemos percibir.
Lo que yo percibo ahora es que como no soy ese imaginario cocinero del que hablaba, y además un blog también tiene sus normas de tacto y buen gusto, no me debo extender más en este comentario.
En espera de que cocines con ilusión tu blog y nos ofrezcas entradas ricas y nutritivas, deseo buen provecho para la autora y sus lectores.

Marieta dijo...

Mi querido amigo, siempre tan atento y amable. Gracias por el comentario.Pensaré en tus palabras. Un gran abrazo y mi cariño.