sábado, 24 de julio de 2010

Esta canción, así interpretada, creo que podría utilizarla para simbolizar cómo me siento ahora, cómo veo el camino recorrido desde el final de una etapa y como voy proyectando lo que deseo para mi en el futuro.

Quizás por mi permanente intención de no olvidar pero también de no dejar de guiar mi rumbo.

Metallica ha puesto melodía a algunos momentos importantes de mi vida, pero ahora esta versión (sinfónica, en que un grupo duro se integra en una gran orquesta), me recuerda que de dónde vengo procede el talento, el ingenio, la fortaleza, capacidad, de entrega, trabajo y sacrificio. Constancia y perseverancia han sido también mis compañeras.

Donde quiero dirigirme, me gustaría encajar la rústica sapiencia primera con la sutileza, la delicadeza, el estilo, la finura de las más altas artes y ciencias que se han manifestado en lo aprendido, y que espero seguir aprendiendo, o intuyéndo, de todo lo que he ido absorbiendo y reciclando a lo largo de este duro aprendizaje.





1 comentario:

José Ramón dijo...

Me parece una interesante e inteligente manera de mirar tu vida, de afirmarte en lo eres y apoyarte en lo que has hecho pero no para quedarte ahí, sino para seguir elevándote aprovechando todos los recursos disponibles, para crecer personalmente y en tus diversas aspiraciones de la única manera en que se puede hacer creativamente, desde la autenticidad. Esa autenticidad personal que parece simbolizar el grupo de rock duro, que pareciera integrarse en altas cimas de cultura (lo que viene a representar la música clásica) sin dejar de ser sí mismo. Verdaderamente me ha sorprendido este musical símbolo.